La ONU nos convoca hoy 30 de marzo, a celebrar el Día Internacional del Residuo Cero #ZeroWasteDay que este año hace hincapié en la necesidad de actuar en el sector textil y de la moda para reducir los residuos y avanzar en la circularidad.

En Asturias apenas se recoge por separado el 14% de los residuos textiles que generamos, según el “Análisis de la recogida de ropa usada en España”, realizado por la cooperativa Moda-Re de Cáritas Española en 2021 con datos de 2019. Los asturianos estamos algo por encima de la media del país, que es del 12,16%, pero aún queda mucho por avanzar para lograr evitar que cada año miles de kilos de ropa y calzado acaben en el vertedero central de La Zoreda. En 2024 está cantidad pudo situarse en el entorno de las 34.000 toneladas, pues los restos de este tipo son aproximadamente el 10% del total de los residuos urbanos que se eliminan en Serín como parte de la llamada “bolsa negra”.

En Asturias las alternativas para colaborar en la recogida separada de las prendas que ya no utilizamos es muy amplia y además, en la mayoría de los casos, está relacionada con la generación de oportunidades de empleo para colectivos sociales en riesgo de exclusión o con serias dificultades de acceso al mercado laboral. Un salto cualitativo y cuantitativo esencial se dará en los próximos años cuando entre en funcionamiento el nuevo centro de preparación para la reutilización que el consorcio va a abrir en el centro de Asturias, en Siero, tras una inversión de 7 millones de euros, cofinanciada con fondos MRR de la Unión Europea. Hasta aquí podrán llegar todos los residuos textiles recogidos separadamente en Asturias por Cogersa y por los Ayuntamientos. Se repararán, se arreglarán y se pondrán a la venta.

Una circularidad que cuida el medio ambiente y crea empleo social

Es el tipo de gestión que da valor social y ambiental a la ropa desechada es la que hace por ejemplo Cáritas Koopera Astur, la empresa de inserción y cooperativa, que forma parte de Red Social Koopera, que ya ha cumplido una década de vida en la región y que da trabajo a más de 44 personas en este momento. La entidad explota una nave de triaje y preparación para la reutilización y el reciclaje en Lugones, por la que han pasado más de 6 millones de prendas que los asturianos depositaron en los 170 contenedores granates que hay instalados en más de 30 municipios, gracias a la colaboración de los ayuntamientos.

Cáritas Koopera completa el círculo de la sostenibilidad asistiendo a familias vulnerables con la entrega de ropa y calzado de forma totalmente gratuita, para cubrir sus necesidades, y además, en sus tiendas de segunda mano y en los llamados “Espacios con corazón” ofrece prendas vintage en perfecto estado. En enero, se abrió en la calle Langreo de Gijón la cuarta boutique de estas características en Asturias (tras la anterior de Gijón en la calle Uría, la de Oviedo y la de Avilés ).

El compromiso social lo tiene también Humana Fundación Pueblo para Pueblo que es una organización de la economía social que promueve desde 1987 la reutilización de textil y lleva a cabo programas de cooperación en África, América Latina y Asia, así como de ayuda local, sensibilización y agricultura urbana en España. Dispone de dos plantas de preparación para la reutilización en Cataluña y en Madrid; y en Asturias cuenta con un centro de acopio en el polígono de Asipo. Hasta aquí llegan todos los restos depositados en las decenas de contenedores que la organización tiene en la región. Entre ellos, los que se ubican en la red de puntos limpios de Cogersa. El consorcio captó unas 60 toneladas de ropa usada en 2024, a través de este servicio que desarrolla en colaboración con Humana.

También se puede entregar el textil y el calzado que ya no usas en Asturias a otras organizaciones sociales como Centro Reto o Cruz Roja, e incluso a pequeñas empresas que lo comercializan como moda de segunda mano, que cada vez está más alza.

E incluso cada vez son más las cadenas de moda que ofrecen en sus tiendas un contenedor para depositar lo que ya no nos gusta e introducirlo en canales de preparación para la reutilización o el reciclaje. Este cambio, al que se han sumado incluso grandes marcas como las del Grupo Inditex, Mango, H&M y otros, viene en buena medida inducido por los cambios legislativos que obligan a los fabricantes a promover la recogida separada; pero también por unas tendencias de consumo cada vez más interesadas con el cuidado del planeta.

Los cambios legislativos introducidos en 2022 dieron lugar a la constitución en marzo del año pasado de la primera gran asociación patronal de ámbito nacional (llamada SCRAP en la terminología del sector) dedicada a la gestión del residuo textil. Sin ánimo de lucro, Re-viste cuenta entre sus miembros con Decathlon, El Corte Inglés, H&M, IKEA, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam, entre otros.

Y no se puede olvidar el auge que viven las aplicaciones de venta online entre particulares de ropa reutilizada, un ejemplo de economía colaborativa que contribuye al cuidado del medio ambiente de forma importante. Te sonarán las plataformas Vinted, Wallapop, Decolet, Vestiare Collection o Depop, pero hay muchas más disponibles en la red. En todas ellas se pueden convertir en dinero las prendas que no usamos y darles así una segunda oportunidad.

Ideas para actuar en casa ante un problema global

Pero el reto esencial de los próximos años es abordar la circularidad del residuo textil desde el origen, a través de la prevención. Como consumidores, hemos de disminuir la compra compulsiva de productos, inducida muchas veces por tendencias pasajeras de ropa y calzado. Debemos alargar la vida útil de nuestras prendas lo máximo posible al reparar, donar, y usar durante más tiempo, no solo poner y tirar cada temporada.

En la decisión de compra también podemos dar prioridad a los productos diseñados con criterios de circularidad (ecodiseñados) y a los que se han fabricado con procesos respetuosos con el medio ambiente y con los derechos humanos… La Fundacion Ellen McArthur resume el problema de la moda de este modo: “En nuestro sistema textil actual, la mayoría de los modelos de negocio son lineales: se basan en grandes volúmenes de productos nuevos, fabricados con recursos vírgenes, que a menudo se utilizan durante poco tiempo y luego se tiran. Actualmente, los productos no siempre están diseñados para durar y a menudo son difíciles de reciclar”.

Por eso, cuando queramos deshacernos de una prenda que ha caído en la zona de desuso de nuestro armario, una de nuestras mejores opciones es depositarla en un contenedor de recogida selectiva de cualquiera de las entidades y empresas mencionadas. Esta es la vía más sencilla para favorecer la circularidad.