“El mundo desarrollado produce hoy alimentos en cantidad y calidad suficiente para la mayoría de su población, permitiendo un reparto adecuado y a un precio razonable. Y a pesar de estos avances, aún hoy para millones de personas en todo el mundo el hambre es una amenaza real y una desdicha cotidiana”. Así comienza el texto de la recién aprobada Ley 1/2025 de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Los primeros párrafos del preámbulo de la norma señalan con claridad que el desperdicio de alimentos es “señal de un funcionamiento ineficiente de los sistemas alimentarios y de una falta de concienciación social”.
Pero además, tirar alimentos a la basura es un problema ambiental, un práctica que se traduce en el derroche de una enorme cantidad de materias primas, agua, energía, territorio…, e incluso esfuerzo y tiempo de las personas. Por no hablar de que, según la ONU, estas malas prácticas generan entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), casi 5 veces más que el sector de la aviación.
En este contexto, Cogersa lleva años impulsando la concienciación ambiental y el conocimiento de buenas prácticas cotidianas para, por un lado, minimizar el desperdicio alimentario, y por otro, favorecer la correcta gestión de los biorresiduos. “Nos implicamos en formar a la ciudadanía para reducir los alimentos que van al contenedor, desde un enfoque social y ambiental; pero si no queda más remedio que tirar algo, que al menos sea al cubo marrón que es donde estos restos pueden ser reciclados”, explica la gerente, Paz Orviz.
En la pasada Semana Europea de la Prevención de Residuos/European Week for Waste Reduction (SEPR/EWWR), que este año precisamente versó sobre la prevención del residuo de alimentario con el lema “Food waste is out of taste”, se recabaron un montón de acciones imitables y replicables…
En octubre y noviembre, el consorcio recorrió una veintena de Ayuntamientos con la campaña itinerante “El buen gusto no tiene desperdicio”. En el siguiente vídeo puedes ver un resumen de esta iniciativa que acercó el mensaje a hosteleros, comercios y consumidores de toda Asturias.
Asimismo, en la selección de los cinco proyectos que representarán a Asturias en los Premios Europeos de Prevención de Residuos, se han seleccionado trabajos que abordan acciones singulares contra el desperdicio de alimentos.
Por ejemplo, el Grupo de Estimulación Cognitiva para Mayores del Ayuntamiento de Piloña, ganador en la Categoría Administración Pública, que realizó un recetario de reaprovechamiento de alimentos que se puede consultar en las redes sociales y en este vídeo.
En la Categoría Empresa, Panduru Economía Circular SLL. fabrica delicias con el pan de días pasados y las dos emprendedoras que lo gestionan quisieron compartir conocimientos dando cursos de repostería para diferentes entidades sociales e incluso elaborando un librito con recetas tradicionales.
En la Categoría Asociación/ONG, se valoró el trabajo de la asociación Ascivitas de Pravia, titulado “Comida de sobra”. Los usuarios de este Centro de Apoyo a la Integración y sus familias llegaron a escribir un recetario colaborativo y a involucrar a los bares de la zona en la campaña “Pincho de provecho”.
Marlén Alonso, una vecina de Langreo, ganó en la Categoría de Ciudadanía por atreverse a cocinar y publicar en sus redes sociales las recetas con lo que hay por la nevera que le sugiere la Inteligencia Artificial. Llamó a esta experiencia “De Sobra a Sabroso, de ChatGPT al Gozo” y las firma como Cucuruxina en la cocina, junto con consejos y vídeos de preparación.
Una web contra el despedicio de alimentos
La web “No me Sobra” recoge un largo listado de acciones y consejos que, multiplicados por cada hogar y por cada día del año, pueden dar lugar a grandes resultados. Lo dice el artículo 11 de la nueva Ley: hay que formar y sensibilizar con ideas como hacer la lista de la compra, controlar la fecha de caducidad de los productos que guardamos en la nevera, aprender pequeñas recetas con sobrantes…, porque todo suma.
Para los que se quedan sin ingenio respecto al recetario recuperador, el consorcio remite a su canal de Youtube, donde se guardan las guías para elaborar platos sabrosos y sanos con los restos de un menú anterior.